Al senador Castellón

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Soy de las "radicales".

Desde niña escuché en todas las sobremesas familiares que una de las causas por las que mi familia era pobre era por los políticos, que mi abue se había enfermado de muerte por la mala atención médica en el ISSSTE, por la corrupción de los políticos, que mis primos no tenIan una prepa donde estudiar por los políticos, que mis papás trabajaban en el tianguis, sin aguinaldos ni prestaciones ni nada por el estilo por la falta de oportunidades, porque los políticos no las habían creado, razonamientos más o menos elaborados siempre, pero por los políticos al fin. Por eso soñaba con que iba a formar mi grupo guerrillero y los iba a matar a todos.

Pero no lo hice. Y hoy, que veo en la tele al senador Castellón en tribuna, a medianoche, explicando por qué un impuesto a las telecomunicaciones es un grave error a legisladores que ni siquiera lo escuchan, pienso que entre "los políticos" no todos son iguales. Se me quita un poquito lo radical, y sólo un poquito. Gracias @Senadocastellon.

Para ya

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Esta semana marcó una diferencia en mí. Decidí que no puedo seguir dejando lo mío por lo de los otros, o por el trabajo, o por lo que alguien pide. Lo mío está antes que todo, pero como lo demás lo tengo que hacer, por simple supervivencia, tengo que hacerme el tiempo para mí dentro de lo que ya hago. Algo así como buscar mi camino entre todo lo que soy ahora. Por eso estoy escribiendo de nuevo.

Las buenas noticias -porque esta semana no recibí malas- me hicieron reflexionar y tomar decisiones contundentes, sobre todo espirituales. Se acabó mi filosofía comodina de "a medias" que he tenido en los últimos años, ya ni puedo contarlos. Nada de "para después", porque si lo pensé en ese momento es porque es para empezar en ese momento, porque debe hacerse así. Debo pasar por lo menos un tercio de mi vida con una mochila en los hombros caminando por calles que nunca he visto en mi vida, con una buena cámara y cosquillas en la panza, para vivir más. A agradecer las oportunidades, una a una, con una sonrisa, porque sabes que así tiene que ser, si no ¿cómo se puede ser feliz? Ya, aprenderé a cocinar, pero bien. Hasta el Odis lo agradecerá. A acabarme mi biblioteca y a ser alguien. A amar, amar, amar...

La idea es ser como un Bear Grylls, pero en lo mío. Claro, si me guiara la misma "passion for the outdoors" del ex militar inglés-indio-cristiano, seguro Zamu me amaría mucho mucho.

Como dice René, el chiste es buscar lo que uno quiere hacer de su vida, para ser como salmón. Después de todo, soy feliz.